sábado, 18 de julio de 2015

De nocturna por tierras serranas



Las altas temperaturas que estamos alcanzando este año en el periodo estival, también conocido como un fuerte calor de cojones, hace que busquemos nuevas alternativas a las rutas y horarios que solemos hacer, pero sin dejar de practicar esta actividad que tanto nos gusta. En este caso los Rincón plantean una ruta nocturna, concretamente por Cercedilla.

Es viernes y hace ese bochorno característico pre-tormenta. Nos damos cita en el parking de las Dehesas Juan, David, Edu, Manolo, Jose Antonio y mi menda. Una vez efectuados los saludos pertinentes, nos pertrechamos y comenzamos la ruta.

Para alguno de nosotros es la primera vez que realizamos la nocturna en bici y las sensaciones nada más empezar son buenas. Poca gente, por no decir practicamente nadie y una temperatura excelente que invita a dar pedales, además de la tranquilidad reinante en la zona.

Comenzamos subiendo hacia el mirador de los Poetas por la ya archiconocida pista, vamos a buen ritmo, nos cruzamos unos bikers que ya vienen de retirada, pasamos la Ducha de los Alemanes y empieza a caer la noche.

 Llegados al mirador coincidimos con dos simpáticos ciclistas los cuáles nos confunden con amigos suyos a nuestra llegada, las caras no se distinguen porque ya es noche cerrada y vamos camuflados detrás de los focos....la confusión les hace echarnos unas fotos y todo!. Les comentamos que por ahí abajo no tiene pinta de venir nadie más salvo nuestros compañeros.

Una vez reagrupados, retomamos la marcha por la Carretera de la República a golpe de pedal dirigiéndonos al puerto de la Fuenfría pasando por el Mirador de la Reina. Allí volvemos a parar, comentamos, y todos coincidimos en la buena temperatura y el buen rollo que produce una nocturna.



De allí tiramos hacia la Calle Alta. Realizamos todo el tramo hasta el final de esta pista, hay que andar atento, focos bien orientados y procurando no hacer parcelita hacia la izquierda ya que puede suponer un descenso accidentado por el desnivel que hay, y también por los animales que te puedas cruzar, caso es una de las vacas que de repente nos encontramos tranquilamente tumbada en la pista y que de no ir atento te puede provocar emprender un vuelo con triple salto y tirabuzón con aterrizaje y clavado de piñata en el suelo.....afortunadamente, no es el caso.



 Juan acertadamente comenta mientras vamos por la Vereda del Infante hacia el Collado de Marichiva, que la sensación es como cuando te estás aproximando a Madrid de noche en un avión, la vista de la ciudad es impresionante, millones de luces titilan en la noche.

Llegamos al final de la Calle Alta y llega uno de los momentos de la ruta....el zampe de bocatas y demás, nos ponemos con los frontales en corrillo a comer y a disfrutar de la temperatura y vistas que hay en la zona. De repente observamos que el ganado ha dado cuenta de nuestra presencia, y curioso, se acerca a cotillear.



Caen algunas gotas, ¡qué gozada!, después de 3 semanas de calor infernal non-stop, se agradece y mucho.

Ya con las energías repuestas, emprendemos el regreso. A los pocos minutos, incidente técnico. Edu tiene una pérdida, no de aceite, de aire...su cubierta está algo rajada en un flanco. Tras probar un par de veces sin éxito el inflar y repartir el líquido, decidimos poner una cámara. Mecánica rápida, trabajo en equipo todos a una, así da gusto. Solucionado!, podemos continuar.

 El pelotón se estira, se me sale nuevamente la cadena, voy flojo de luz. Realizo unos cuantos kilómetros en solitarios, la sensación es cojonuda, noche cerrada, silencio absoluto, tan sólo veo lo que a duras penas alumbra el foco, sensación enigmática...podría estar horas y horas rodando así!.

Llegamos de nuevo al puerto de la Fuenfría y todos juntos exprimiendo los focos comenzamos la ida hacia el Mirador y desde allí descenso hacia los coches. Justo en el último tramo, una ardilla se le cruza a Jose Antonio,uuuuyyy...casi. Menos mal.

 LLegamos todos a los coches con una sonrisa que describe perfectamente como nos ha ido. De allí vamos a Guadarrama a tomarnos la cervecita reconstituyente de rigor y ya a pensar en la siguiente.
En mi caso ya hasta finales de agosto, ahora sustituyo los pedales por el neopreno y las velas.




Como siempre, gran gruta y gran compañía.

Abajo los datos de la ruta, ninguna complicación técnica ni física.


No hay comentarios:

Publicar un comentario