jueves, 5 de junio de 2014

Día V (II) - Salem Express

Salem Express

Después de la última inmersión salimos rápido hacia nuestro siguiente destino; las autoridades marítimas advierten a las embarcaciones del Mar Rojo que la cosa se va a poner fea y que es posible que los puertos se cierren al día siguiente, por lo que se decide emprender vuelta a dirección a Hurghada.

Efectivamente al poco de comenzar la navegación, ésta se convierte en un auténtico infierno, algunas caras de preocupación, otras de indiferencia, otras de descomposición por el movimiento del barco...Habiendo tenido experiencias similares anteriores, decido tumbarme en uno de los sofás del salón, es la zona más a popa posible dónde poder estar relativamente seguro y evitar a toda costa los temidos mareos. Ahmed, uno de los guías se lesiona un brazo cuando iba camino de su camarote. Después de unas horas de navegación tortuosa llegamos al punto de buceo, aquí el mar parece que nos va a respetar.

No andamos con los cuerpos muy finos, pero estoy convencido que ir al agua me vendrá bien seguro.

Nos equipamos y al agua.

El Salem Express se convierte en el pecio más moderno en el que buceamos. Era un ferry que transportaba peregrinos en su trayecto a la Meca, en sus bodegas transportaba multitud de vehículos y mercancías mal estibadas. Su hundimiento fue por causas similares a la mayoría de los pecios del Mar Rojo, navegando por las costas de Sáfaga, debido al temporal que hacía se apartó de su derrota siendo imposible distinguir los canales buenos por los que pasar - cosa de lo cual pudimos dar fe nosotros cuando nos dirigíamos hacia ese punto -.

La inmersión fue distinta en cuanto sensaciones y emociones por todos los miembros del grupo. Sabíamos que en una de sus cámaras selladas las autoridades egipcias habían "enterrado" los cadáveres por aquello de la cultura musulmana de dónde esté el cuerpo debe descansar el alma. De hecho uno de nuestros guías no bajó dado que tenía a familiares allí abajo. En su momento el Salem Express fue declarado cementerio por las autoridades egipcias siendo visitado actualmente por la comunidad de buzos.

El Salem se encuentra a escasos 10 metros de la superficie, comenzamos la inmersión adentrándonos por la bodega de popa. Allí uno ya se empieza a dar cuenta de la tragedia que allí sucedió y una extraña sensación nos acompaña durante toda la inmersión. Ropa, carritos de niño, maletas, equipaje variopinto.....


En la proa se puede ver una de las grietas consecuencia de su impacto con el arrecife.
Impresiona ver un barco tan reciente y bien conservado hundido en el mar. Ya sobre nuestro barco, el Echo II, intercambiamos las impresiones de las extrañas sensaciones que hemos tenido.
Ponemos rumbo a un arrecife cercano a Hurghada para estar a resguardo y pasar allí la noche.

Ya somos conscientes de que nuestro viaje está llegando a su final.


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